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martes, 13 de junio de 2017

Un acuario... un mundo

¿Cuántas personas compran un perro pensando en dejarlo en casa, manteniendo su caseta con “todo” lo que puedan necesitar? ¿Cuántas compran un gato, le ponen el collarcito y lo sueltan a la calle sin más? Son muchos los que no conocen o a los que no interesan las exigencias fundamentales de estos animales.



Sin embargo en el caso de los peces ocurre un fenómeno extraño: en muchos casos quien compra peces u otras criaturas acuáticas no solo no conoce nada de sus necesidades, si no que ni se molesta en informarse de ellas. La acuariofilia es por muchos considerada un hobby parecido al coleccionismo, más que como una tenencia responsable de animales de compañía, que poseen la misma dignidad que los perros, gatos y hámsteres, por ejemplo.

En realidad, cada especie y cada ejemplar, tiene su propio estilo de vida: los hay vegetarianos y los hay carnivoros; los que viven en comunidad o en solitario; los que viven en agua ácida y blanda o aquellos que viven en agua dura y alcalina; los que no crecen demasiado o los que llegan a superar el medio metro; aquellos que viven pocos años y los que están en el mundo por 30 ó 40…

Por ejemplo, meter un pez rojo o un Oscar en un acuario de 30 litros es como meter a un San Bernardo en una habitación de pocos metros cuadrados sin dejarlo salir nunca. En el caso del perro, acusaríamos (correctamente) al propietario de maltrato animal, pero en el primero ni nos enteraríamos y para el humano y los amigos sería la cosa más normal del mundo. “¡Qué bueno! Lo pone en un acuario en vez de la típica pecera”.

Y es que no saben que el pez rojo de adulto supera los 30-40 cm de longitud, los dos kilos y puede vivir más de treinta años… ¡Y es uno de los peces más populares del mundo!

Pero es que sigue existiendo el “pez decoración”. Los peces no soy complemento de tu casa, no soy para adornar tal esquina, son seres vivos y se deben elegir dependiendo de los recursos que tengas, del espacio, del tiempo, etc.



La ambición de este artículo es promover la consciencia de que la acuariofilia no es coleccionismo, si no que se fundamenta en la tenencia responsable de los animales de compañía: que los peces tienen necesidades y dignidad al igual que los otros animales, y que antes de adquirir cualquier ser viviente uno debe informarse de todos sus cuidados para darle una existencia sana y feliz.

Por lo tanto, solo nos queda recordar que un acuario encierra una grande responsabilidad, pero si estás mentalizado de ello el siguiente paso es acudir a un especialista. Nadie mejor que un verdadero profesional para aconsejarte sobre qué peces escoger como compañeros según tus circunstacias y/o que cuidados necesitan los que ya tienes en tu hogar.

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